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Atracciones Populares

Visitar las Playas de Samaná.

Las playas de Samaná son un destino popular para los turistas debido a su belleza natural, aguas cristalinas y arenas blancas.

Una de las playas más populares de Samaná es Playa Rincón, se encuentra en la costa este de la provincia. Esta playa es conocida por su belleza natural y su ambiente tranquilo y relajante. La Playa Rincón es una playa larga y ancha, con aguas cristalinas y arenas blancas. Además, en el extremo oeste de la misma se encuentra la desembocadura del río Caño Frío, el cual posee aguas de color turquesa, que se transforma en una popular piscina natural, sin duda el paisaje de esta playa es paradisìaco.

Otra playa popular en Samaná es la Playa El Valle, que se encuentra en la costa este de la provincia. Esta playa es poco visitada, rústica y rodeada de tonos de color verde y turquesa, siendo un lugar ideal para escapar de las masas.

Playa Las Galeras es la playa principal en el pueblo de pescadores de Las Galeras, sirve como punto de partida principal hacia Playa Rincón, Frontón y Madama, esta es una hermosa playa conocida por su belleza natural, arena blanca, aguas cristalinas y ambiente tranquilo, ideal para nadar y también para practicar deportes acuáticos como surf y kayak.

Además de estas playas, hay muchas otras playas hermosas en Samaná, como la Playa Frontón, Playa Bonita, Playa Cosón, Playa Madama, Playa Las Ballenas, Playa El Limón,  Playa Punta Popy, entre otras. Cada una de estas playas tiene su propia belleza y características únicas, por lo que es recomendable explorarlas todas si se tiene la oportunidad.

Explorar la avenida de la Marina.

La pintoresca bahía de Samaná, que se extiende a lo largo de dos kilómetros, conquista el ojo de todo fotógrafo. También conocido como el Malecón o Avenida de la Marina, este paseo marítimo es el corazón y el pulso de la ciudad de Santa Bárbara de Samaná. Los residentes y visitantes se relajan en bancos a la sombra frente a las aguas de la bahía, temprano por la mañana o al atardecer, para disfrutar de las vistas de los barcos anclados, listos para llevar a visitantes y pescadores, mientras las aves sobrevuelan el puente peatonal, en la distancia cercana. El puente data de la década de 1960, y ofrece una caminata de 1.3 kilómetros sobre el agua hacía un par de cayos de manglar con pequeñas playas. En el borde oeste del bulevar, Pueblo Príncipe le da color con su hilera de casas de madera de tonos pasteles brillantes donde encontrará tiendas, farmacias y tiendas de recuerdos.

Visitar Cayo Levantado.

También conocida como la Isla Bacardí debido a un comercial de Bacardí filmado aquí en la década de 1970, la pequeña y pintoresca isla de Cayo Levantado se encuentra a sólo cinco kilómetros de la Bahía de Samaná, y cuenta con brillante arena blanca y playas bordeadas de palmeras. Cada día, salen pequeños botes-taxi desde el puerto de Samaná, en la Avenida Marina, que llevan a los visitantes a esta pequeña isla. Pasa el día nadando, tomando el sol, navegando en kayak o haciendo paddle boarding, y disfruta de pescado fresco en el lado público de Cayo Levantado. También podrás pasar la noche en el hotel de lujo que ocupa la otra mitad de la isla. Ten en cuenta que puede haber restricciones para las visitas en los días en que los grandes cruceros atracan fuera de la isla.

Realizar excursión al Parque Nacional Los Haitises.

Cubriendo un área de 1,600 km², el Parque Nacional Los Haitises es una de las joyas del sistema de parques nacionales de República Dominicana. Los Haitises que se traduce a “tierra montañosa” en el lenguaje taíno, atrae a múltiples visitantes que van allí en barco para ver la magnífica serie de formaciones rocosas que se elevan fuera del agua. El parque también cuenta con exuberantes manglares a lo largo de su bahía, la cual está adornada con cayos hogar de múltiples colonias de aves y una serie de cuevas conocidas por tener la mayor cantidad de petroglifos y pictografías del país.

Podrás ver fácilmente el halcón de Ridgway, en peligro de extinción, el carpintero de Sierra, carpintero de La Hispaniola, así como pelícanos, garzas, garcetas y otras majestuosas aves que vuelan a través del extensivo paisaje del parque. Los Haitises también cuenta con uno de los bosques lluviosos de República Dominicana. Explora el parque en barco desde Samaná, explora su bosque lluvioso para ver la flora de cerca, o ve en kayak a través de su exuberante sistema de manglares.

Visitar Las terrenas.

La parte más visitada y desarrollada de Samaná, Las Terrenas, es la mezcla perfecta de un pueblo de playa de ensueño y una ciudad cosmopolita. Su costa cuenta con múltiples playas impresionantes, así como una variedad de pequeños hoteles, bistros internacionales, boutiques de ropa y artesanías, restaurantes locales y animados bares. Mientras que las playas de arena blanca ubicadas en el centro de la ciudad son buenas para nadar, como  las cercanas Playa Bonita y Playa Cosón te dejarán sin aliento, tanto como los deliciosos mariscos frescos que se sirven en el lugar. Las noches cobran vida en Las Terrenas con bailes, desde la bachata hasta el R&B, en los bares y restaurantes que se encuentran a lo largo del Pueblo de los Pescadores, en donde se reúnen los diversos residentes de la zona.

Conocer el Museo de las Ballenas.

Si no llegas a la Península de Samaná para la temporada de avistamiento de ballenas de mediados de enero a marzo, visita el Museo de las Ballenas, ubicado en la ciudad de Santa Bárbara de Samaná, el cual te informará sobre los gigantescos mamíferos marinos que visitan la Bahía de Samaná cada año para aparearse y dar a luz. Descubrirás por qué la costa noreste de República Dominicana es uno de los santuarios de ballenas jorobadas más importantes del mundo. Las exhibiciones incluyen el esqueleto completo de 40 pies de una ballena jorobada encontrada en 1993 a lo largo de la costa rocosa entre Santa Bárbara de Samaná y Las Galeras.

Visitar el Salto El Limón.

El Limón ofrece un recorrido aventurero a través de su paisaje selvático, antes de llegar a la cascada El Limón, la cual cae desde la parte alta de la Sierra de Samaná, a una altura de 40 metros (130 pies). El trayecto para llegar allí, de 2,5 km (1,5 millas), puede hacerse a pie si la persona está en buen estado físico, o puede hacerse a caballo. La recompensa: un refrescante chapuzón en el agua fresca bajo una cascada majestuosa.